Así unidos, mezcladitos
Como trigo y quinua mezcladitos
Blancos campesinos
Unidos en una sola masa[1]
Como trigo y quinua mezcladitos
Blancos campesinos
Unidos en una sola masa[1]
El 9 de agosto se celebra el Día Internacional de los Pueblos Indígenas establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas del 23 de diciembre de 1994, para conmemorar aquel 9 de agosto de 1982 en que se iniciaron las reuniones del Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas de la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección de las Minorías.
El establecimiento de un día para los pueblos indígenas implica un reconocimiento a la lucha que por décadas han realizado por sus derechos, aunque en la práctica para muchos pueblos la existencia de un día de reconocimiento no significa mucho, sobre todo cuando esto no se traduce en políticas, planes y programas en que se plasmen sus visiones y propuestas para su desarrollo, y mientras se mantengan y perpetúen en nuestras sociedades visiones subvalorativas y discriminatorias sobre estos pueblos.
En el Ecuador como parte del esa valoración a los pueblos indígenas, el 9 de agosto el presidente Rafael Correa inició su segundo período recibiendo de un representante de los pueblos indígenas un bastón, que a decir del taita Franklin Columba, quien realizó la entrega, no es de mando porque los mandones se acabaron, sino Sagrado Espiritual, "porque lo que queremos es entregarle las mejores vibraciones, la conexión con la pachamama y Pachakamak, para que le den la luz y el entendimiento a nuestro hermano presidente"
El establecimiento de un día para los pueblos indígenas implica un reconocimiento a la lucha que por décadas han realizado por sus derechos, aunque en la práctica para muchos pueblos la existencia de un día de reconocimiento no significa mucho, sobre todo cuando esto no se traduce en políticas, planes y programas en que se plasmen sus visiones y propuestas para su desarrollo, y mientras se mantengan y perpetúen en nuestras sociedades visiones subvalorativas y discriminatorias sobre estos pueblos.
En el Ecuador como parte del esa valoración a los pueblos indígenas, el 9 de agosto el presidente Rafael Correa inició su segundo período recibiendo de un representante de los pueblos indígenas un bastón, que a decir del taita Franklin Columba, quien realizó la entrega, no es de mando porque los mandones se acabaron, sino Sagrado Espiritual, "porque lo que queremos es entregarle las mejores vibraciones, la conexión con la pachamama y Pachakamak, para que le den la luz y el entendimiento a nuestro hermano presidente"
Esta entrega en la que participaron también Evo Morales y la Premio Nobel, Rigoberta Menchú, se desarrolló en Cayambe, en el sector de Chimba, en el mismo lugar en el que vivió y murió una de las más importantes lideresas indígenas del Ecuador, Tránsito Amaguaña.
La lucha de Mamá Tránsito como cariñosamente se la llamaba, no es muy conocida fuera de las fronteras del Ecuador, pese a que en su accionar de casi 100 años se condensan muchas de las luchas y las reivindicaciones no solamente de los pueblos indígenas en general, sino de las mujeres indígenas en particular. Mamá Tránsito nació en Pesillo, Cantón Cayambe, al norte de Quito, Ecuador, el 10 de septiembre de 1909. Su infancia transcurrió en la hacienda de La Chimba, en la que sus padres trabajaban como huasipungueros[1].
Transito Amaguaña casi no fue a la escuela debido a que a corta edad tenía que entrar al servicio de la casa hacienda. Sus padres a los 14 años la entregaron en matrimonio a un hombre mayor para evitar que fuera violada por el patrón, vivencia común de muchas niñas indígenas en ese entonces. Si bien se salvó del abuso de los patrones, para ella empezó otra historia de maltrato, en este caso del marido, quien desde el primer día del matrimonio empezó a golpearla, por celos según dicen, porque no aceptaba que ella asistiera a reuniones clandestinas. Cansada de la violencia a la que fue sometida por su marido y de la violencia a la que eran sometidas por los patrones, como la que vivió su tía Pascuala Amaguaña, asesinada por el patrón por haber dejado morir a un ternero, Mamá Transito empieza a participar activamente, desde 1930 en la creación de las primeras organizaciones indígenas ecuatorianas y en los primeros sindicatos agrícolas. Con sus hijos a cuestas caminando descalza llegó a Quito por 26 veces exigiendo justicia para su pueblo, liderando el movimiento, exigiendo ya en esa época las ocho horas de trabajo, así como salarios justos para los trabajadores agrícolas.
La persecución no se hizo esperar, su participación en la primera huelga de trabajadores agrícolas que duró tres meses le significó el inicio de un largo periodo de vida clandestina durante quince años, tiempo en el cual conoce a otra de las grandes lideresas indígenas del Ecuador, doña Dolores Cacuango.
Posteriormente, junto a Dolores, a Nela Matinez, Ricardo Paredes, y Jesús Gualavisí, en plena efervescencia de la Gloriosa[2], fundan la Federación Ecuatoriana de Indios, primera semilla del proceso organizativo indígena ecuatoriano. En este período logran conquistar varios puntos de las reivindicaciones levantadas por las organizaciones en ese entonces, incluyendo cambios en la situación de las mujeres " Quitamos la huasicamía, quitamos las servicias Solo unita dejamos y eso porque el patrón tanto rogó. Obligamos a que paguen a las ordeñadoras y todos los trabajos de mujeres en las haciendas."[3]
Para Mamá Tránsito la educación era un asunto de trascendental importancia, pero no cualquier educación, sino un en la cual la escuela no fuera el espacio donde se inicie el rechazo a su propio pueblo, sino donde se fortalezca sus identidades. Con Luisa Gómez de la Torre Paz y Dolores Cacuango, creó las escuelas campesinas, cuatro de ellas en Cayambe, en donde las clases se impartían en quichua y español, constituyéndose en las precursoras de la educación bilingüe en el país.
A diferencia de de algunos países en el caso ecuatoriano en el proceso organizativo que participa Mamá Tránsito, hubo una fuerte intervención del Partido Comunista, ella misma lo era, pese a las advertencias que le habían hecho como lo señala en su testimonio publicado por Raquel Rodas: "No lleves con esos comunistas con cachos, rabudos, diablos son, a la misma hermana hacen parir". ¡Yo no vide eso! Racionales, leídos, educados eran. "Ni cacho ni rabo han tenido", dije yo." En 1963 es detenida por la dictadura de ese entonces, acusada de traficar armas soviéticas, luego de su viaje a Rusia a un congreso. Debido a esta acusación tuvo que pasar cuatro meses y tres semanas detenida, pero eso no la amilanó, al contrario, le dio fuerza para continuar en su lucha por su pueblo, en la que se mantuvo hasta su muerte, el 11 de mayo del 2009.
Al pensar que la participación en un congreso puede generar tantas suspicacias y represión en aquellas épocas, no podemos dejar de pensar en la persecución a la que está siendo sometida en el Perú la lideresa yanesha Teresita Antazú, acusada por supuestos delitos de sedición agravada y motín, por haber participado en una conferencia de prensa, en donde el líder amazónico Alberto Pizango hizo declaraciones que han sido mal interpretadas o materia de controversia, como ha señalado la Coordinadora de Derechos Humanos. Pese a los años, las distancias geográficas, las diferencias de procesos, algunas cosas no cambian en nuestros países, como la represión, como el miedo a la voz de las mujeres organizadas y a su accionar. Tampoco cambia, debe decirse, la convicción de que la unidad de los pueblos, de hombres y mujeres caminando juntos, transitando las distancias, lograrán que un día no tengamos que recordar que en el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, muchas deudas con los diferentes pueblos, con las mujeres indígenas siguen pendientes en nuestros países.
" Nosotros que hemos sufrido, que hemos llorado, que hemos chupado las cuerizas, las garrotizas, tenemos que estar unidos, porque la unidad es como la mazorca, si se va el grano, se va la fila, si se va la fila se acaba la mazorca", decía Mamá Tránsito, y cuan valederas y aleccionadoras siguen siendo sus palabras aún ahora, en estos tiempos.
Por Rosa Montalvo Reinoso
La Ciudad de las Diosas
[http://docs.google.com/Edit?docid=dggvxhqd_745thfgvgdr] [1] Huasipungo era un pedazo de tierra, que los hacendados entregaban a los indígenas en zonas de páramo, la mayoría de veces estériles, para realice sus labres agrícolas o de pastoreo. A cambio los indígenas debían trabajar las tierras de las haciendas en beneficio exclusivo de los terratenientes. La vida de los indígenas y su explotación en las haciendas fue magistralmente narrada por el escritor ecuatoriano Jorge Icaza, en su obra Huasipungo, publicada en 1934.
[2] Llamado así el levantamiento popular que el 28 de mayo de 1944 logró derrocar al gobierno represor de Carlos Arroyo del Río.
[3] Rodas Morales, Raquel ( 2007). Tránsito Amaguaña. Su testimonio. Comisión Permanente de conmoraciones cívicas. Quito
[1] Discurso de Transito Amaguaña en el salón de la ciudad, con motivo de recibir el premio Manuela Espejo ( 8 de marzo de 1997)
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