En toda Latinoamérica y el Caribe se realizaron actividades para conmemorar el Día Internacional de la Mujer Indígena. Cada 5 de septiembre se recuerda la muerte de Bartolina Sisa, comandanta del Ejército Aymara de Liberación, quien en 1782 fue torturada y descuartizada por los españoles en La Paz. Durante este lunes 7 se efectuará en Iquique, y durante todo el día, una serie de actividades para recordar esa fecha, organizada por el Consejo Nacional Aymara -Mallkus T'allas- y la Asociación Bartolina Sisa.
Bartolina Sisa descendía de una estirpe de mujeres dentro de la cultura Aymara llamada "Mama T¹allas" cuyas mujeres se caracterizaban por ser inteligentes, fuertes y bravías. El linaje de Bartolina era profundamente respetado dentro de su sociedad, rendían culto a sus propias divinidades (que en este caso eran femeninas) y compartían la autoridad con los hombres de su pueblo, construyendo de esta forma una sociedad más solidaria y equilibrada.
Esta mujer de carácter fuerte y determinado al ver las atrocidades cometidas por los conquistadores españoles, se unió a la lucha del Ejército Aymara de Liberación, liderado por el que fuera su esposo Tupak Katari, ejercito que posteriormente iniciaría una Guerra Revolucionaria en contra de las tropas realistas.
En el mes de julio de 1781, Bartolina fue apresada y un 5 de septiembre de 1782 -a la edad de 26 años- sentenciada a muerte junto a su cuñada, Georgina Apaza, otra guerrera que luchó en contra de la ocupación española. Ambas fueron torturadas y vejadas públicamente por las calles de La Paz. Bartolina fue ahorcada y descuartizada, para dejar cada una de sus extremidades en los lugares donde ella comandó las tropas indígenas. Su cabeza fue colgada en la localidad de Jayujayu (provincia de La Paz).
En 1983 tras celebrarse el "2° Encuentro de Organizaciones y Movimientos Indígenas de América" en Tiwanaku, Bolivia, los pueblos participantes determinaron que todos los años en esta fecha, 5 de septiembre, se recordará la memoria de todas aquellas mujeres que figuran en nuestra historia y de las que anónimamente alzaron la voz en contra de las injusticias y atrocidades cometidas en contra de la dignidad y los derechos de los pueblos originarios.
Los tiempos han cambiado, indudablemente, pero las Bartolinas de hoy siguen luchando por mejorar sus condiciones de vida y de sus familias, luchando contra el racismo y la discriminación aún presentes.
Luchando por un mundo mejor para todos y todas, con mayor justicia social, con respeto por la diversidad cultural, con respeto por la dignidad de las personas.
Fuente: El Ciudadano
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