Margarita Nelken (Madrid, 1896-México, 1968), Escritora, pintora y política española. El origen alemán de su apellido provocó que, en muchas ocasiones, esta mujer extraordinaria fuera tomada por extranjera en su propio país. Era hermana de otra artista e intelectual de la época, la actriz y escritora Carmen Eva Nelken.
Fue sin duda la más controvertida militante y diputada socialista y feminista española durante la IIª República; comunista desde la guerra civil hasta su fallecimiento en el exilio.
Sus padres eran judíos alemanes emigrados a España. Atraída desde joven por la pintura y la música, estudia en París y viaja por Europa. El fantasma de la ceguera la lleva a abandonar la pintura y a ejercer la crítica del arte, colaborando en las más prestigiosas revistas europeas. Según sus propias declaraciones comenzó a interesarse por las luchas sociales viviendo como espectadora la revolución alemana de 1918, tras la cual se va aproximando al socialismo; participando en actividades culturales en los centres obreros. Su afición a la pintura y la música se manifestó muy precozmente, sobre todo en el caso de la primera actividad citada, que cultivó con brillantez y entusiasmo desde la niñez. Así, a los quince años de edad ya había escrito artículos de arte, y desde los dieciocho hasta los veinte protagonizó importantes exposiciones tanto en España como en el extranjero. Pero ciertas dolencias visuales le impidieron seguir manejando los pinceles. Entretanto, comenzó a desarrollar una incipiente carrera literaria. Con tan solo quince años publicó su primer artículo en la prensa inglesa (en la revista The Studio), y enseguida pasó a colaborar con diversos medios de comunicación españoles. El primero en que publicó sus trabajos fue la revista La Ilustración Española y Americana, por aquel entonces dirigida por el brillante escritor gallego Wenceslao Fernández Flórez, un viejo liberal que finalmente encontró acomodo en el franquismo.
Durante la Dictadura de Primo de Rivera tuvo continuos problemas con las autoridades y durante la República fue la única mujer diputada que renovó su acta en 1931, 1933 y 1936. Al principio del período republicano se hizo famosa por su libro La condición social de la mujer en España, obra ardientemente feminista en la que ponía "de relieve la explotación a que era sometida la mujer, la desigualdad laboral, el peligro de la ignorancia, la hipocresía sexual, la nociva obsesión del pecado, la falta de educación sexual, el problema de los hijos ilegítimos y el de la prostitución, así cómo el de la ignominiosa situación de las madres solteras y la necesidad de instituir el divorcio... " (Antonina Rodrigo, Mujeres de España, Plaza y Janés, Barcelona, 1979).
Este libro de Margarita, así como sus actividades militantes y parlamentarias causaron pavor y escándalo en la España retrógrada aún dominada por la Iglesia. No obstante, a pesar de sus ideas vanguardistas hay que subrayar que Margarita Nelken, al contrario de otra republicana como Clara Campoamor, no vio claro el logro del voto femenino ya que temía que la mujer votara a la derecha...Durante 1933 y 1936 estuvo totalmente identificada con la tendencia caballerista, y fue una apasionada defensora de la alianza obrera contra el fascismo, sin embargo, se adhirió con entusiasmo a la política del Frente Popular que devolvía todo el protagonismo político a los republicanos y a la derecha socialista, partidaria de la política de "apaciguamiento" con el fascismo, lo que explica que la trama militar-fascista, a pesar de ser un secreto a voces, pudiera desarrollarse sin tropear con una acción decisiva por parte del gobierno de Azaña.
Esta misma lógica la llevará en noviembre de 1936 pidió su ingreso en el PCE y se dice (Julián Gorkín) que fue con Carrillo y Álvarez del Vayo, considerados los "artífices" del trasvase de las juventudes socialistas al estalinismo. Desde esta nueva militancia, en el fragor de la contienda fratricida desplegó una incesante actividad en favor del legítimo gobierno republicano, tanto en acciones de naturaleza intelectual (intervino en el Congreso Internacional de Escritores Antifascistas), como en servicios de índole humanitaria (contribuyó, por ejemplo, a enviar al extranjero a muchos niños cuya vida corría un serio peligro). Sobre su actuación se ha escrito: "En esta campaña de levantamiento del espíritu ciudadano se distinguía una señora de nombre bien conocido. Se trataba de la diputada Margarita Nelken, que, visitando los frentes de batalla. Recorriendo el casco urbano de Madrid, arengando a militares y civiles, en contacto permanente con el Estado Mayor de la Defensa prestó eficaces servicios y una inapreciable ayuda".
También desarrolló una singular actividad como periodista en los frentes de combates, aunque su labor no sería resaltada por las historias. Federica Montseny que estuvo con ella en Madrid explica este silencio porque "la primera plaza (del PCE) ya estaba ocupada por Dolores Ibárruri que era un mito muy enraizado, difícil de desplazar. Los socialistas no Ie perdonaron lo que creyeron una traición y los comunistas siempre la miraron con cierto recelo y desconfianza. Esa es para mí la tragedia de Margarita Nelken. Para mí la Margarita Nelken crítica de arte, la Margarita Nelken periodista, la Margarita Nelken en cualquier terreno era de un valor realmente excepcional y una mujer valiente en todos los tiempos y en todas las situaciones. Quizás por eso, porque era una mujer excepcional el silencio ha caído sobre ella, como una pesadísima losa" (Citada por A. Rodrigo, Ob. cit.).
Acabada la guerra, hubo de partir al exilio. A partir de entonces, su vida se convirtió en una larga peregrinación a través de los diversos países que podían darle acogida: primero se instaló en Francia, luego en Rusia (donde perdió la vida un hijo suyo, alistado como oficial del ejército soviético en la II Guerra Mundial) y, por último, en México, en donde retomó su pasión por la pintura y la literatura y cultivó ambas materias hasta que la muerte vino a sorprenderla en 1968...Su relación con la GPU y con el PCE resulta turbia y poco conocida; en su obra sobre el asesinato de Coyoacán, el nada riguroso Julián Gorkín le atribuye un papel destacado en la conspiración para asesinar a Trotsky, un dato que no tienen en cuenta especialistas como Pierre Broué. Margarita Nelken siguió fiel a sus ideales antifascistas y feministas, y continuó escribiendo sobre arte y literatura en la prestigiosa revista Excelsior.
Su producción en estos campos dejó una larga y fecunda estela de artículos y ensayos, entre los que es obligado destacar Glosario (1917), Carlos Mérida (1961), Ignacio Asúnsolo (1962) y Un mundo eterno. La pintura de Lucinda Urrusti (que vio la luz, póstumo, en 1976). Entre su obra ensayística de contenido socio-político sobresalen Las escritoras españolas (1930), Maternología y puericultura, Las mujeres ante las Cortes Constituyentes (1931), Por qué hicimos la revolución (1936), Tres tipos de vírgenes (1942), Primer Frente (1944) y Las torres del Kremlin. Su vocación literaria se orientó siempre hacia la vertiente narrativa, en la que germinaron varias novelas breves como La aventura de Roma (1923), que fue publicada en la colección "La Novela de Hoy", dirigida por Artemio Precios; y Mi suicidio (1924), Una historia de adulterio (1924) y El viaje a París (1925), que aparecieron en otra famosa colección de narrativa breve, llamada "La Novela corta". Además, fue autora de una novela larga titulada La trampa del arenal (1923). También fue autora de un buen número de traducciones. Una vida y una obra que sigue provocando reacciones, obviamente de la derecha que trata de buscar la paja en el ojo ajeno, sobre todo para no tener que mirar las vigas de hierro en el suyo, pero también desde el feminismo y desde la izquierda crítica.
De lo que no hay duda es que jugó un papel importante, y de que hay que discutir sobre su significado.
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